jueves, 10 de diciembre de 2015

ENZIMAS 
PROPIEDADES GENERALES
Una enzima es una proteína que actúa como catalizador biológico, llevando a cabo reacciones bioquímicas a muy altas velocidades, no se consume durante la reacción y en general presenta un elevado grado de especificidad. Las enzimas así como cualquier otra estructura presentan propiedades generales que las logran caracterizar en su totalidad.
1) Son los catalizadores de las reacciones químicas de los sistemas biológicos.
Los catalizadores son sustancias que modulan o influyen en la velocidad de las reacciones sin alterar su punto de equilibrio. Los únicos catalizadores del mundo son las enzimas, estas aceleran las reacciones químicas de los sistemas biológicos, participan en una reacción y experimentan cambios físicos durante ella, pero regresan a su estado original cuando la reacción termina. Las enzimas hacen posible la vida en la tierra; en ausencia de estas, la mayoría de las transformaciones químicas requeridas para mantener activas las células tardarían mucho tiempo en efectuarse o simplemente no procederían.
2) Las enzimas aceleran las reacciones químicas de los sistemas biológicos.
Las moléculas en enzimas son catalizadores extraordinarios, muy eficientes para acelerar la transformación de sustratos en productos finales. Una sola molécula de enzima puede efectuar el cambio de 10 000 a 1 millón de moléculas de sustrato por minuto.
3) No cambian la constante de equilibrio de las reacciones que catalizan.
La concentración de la enzima no tiene efecto sobre la constante de equilibrio. Dicho de otra manera, puesto que las enzimas afectan a las velocidades y no a las constantes de velocidad, ellas no pueden afectar a Keq (constante de equilibrio), que es una relación de constantes de velocidad. De aquí que la Keq de una reacción sea la misma independientemente de que se alcance el equilibrio con catálisis enzimática o sin ella.
4) Poseen un elevado grado de especificidad de sustrato
La gran mayoría de las enzimas tiene la capacidad de catalizar reacciones más o menos específicas; es decir, su intervalo de acción se limita a un determinado tipo de compuesto que debe reunir ciertas características para que pueda ser utilizado como sustrato. En concreto esto significa que las células generalmente producen diferentes enzimas para cada compuesto que metabolizan. Además, cada enzima interviene en un solo paso o cambio del sustrato.


5) La mayoría de las enzimas son proteínas.
Todas las enzimas se presentan como proteínas, tienen una estructura tridimensional globular, están formadas generalmente por una sola cadena
polipeptídica, y sólo logran ser activas cuando los polímeros desarrollan una conformación que permite establecer su centro activo. La mayoría de las enzimas están constituidas por más de 100 aminoácidos, los cuales confieren a la molécula una masa mayor de 10kDa y un diámetro de 25Å.
6) No se consumen ni se alteran durante el proceso químico que están catalizando, pudiendo actuar una y otra vez.
Las enzimas no se consumen ni se alteran durante la reacción, por lo que pueden actuar en pequeñas cantidades ya que una misma enzima puede catalizar varias reacciones.
7) Aceleran la velocidad de la reacción al disminuir la energía de activación.

Las enzimas son moléculas que están para disminuir la energía de activación solo de las reacciones necesarias para la supervivencia celular.

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL TRABAJO ENZIMÁTICO

Debido a su naturaleza química, a las enzimas les afectan los mismos factores que alteran a las proteínas; por esta razón, cada una de ellas requiere de ciertas condiciones para trabajar óptimamente como la temperatura, el pH, la fuerza iónica, etcétera. Otros factores que influyen en el trabajo enzimático son: concentración de la enzima y concentración del sustrato.



1. Efecto de la temperatura.

Como sucede en la mayoría de las reacciones químicas, la velocidad de las enzimas aumenta con la temperatura, debido al incremento en la energía cinética de las moléculas reactantes (en general, por cada 10ºC de incremento, duplica e incluso triplica la velocidad de reacción), pero esto ocurre sólo en el intervalo de temperatura en el que la enzima es estable y retiene su capacidad catalítica; en casos extremos, cuando se incremente mucho la temperatura, se favorece la desnaturalización y consecuentemente esta proteína pierde su capacidad catalizadora. Por esta razón, cada enzima tiene un intervalo óptimo de temperatura en el cual se logra la mayor actividad; la mayoría tiene su temperatura óptima entre 30oC y 40oC, y se inactiva a más de 55oC. La desnaturalización puede ser reversible o irreversible, por lo que la enzima en ciertas condiciones, llega a recuperar su función después de un tratamiento térmico.

Habitualmente cuando el efecto de la temperatura no es muy intenso, se puede regenerar nuevamente su actividad al adquirir otra vez su estructura tridimensional de origen. Pero, a medida que esta es mayor, se favorece la inactivación irreversible y el sitio activo se pierde sin tener la oportunidad de regenerarse al enfriarse el sistema.

Habitualmente la desnaturalización a alta temperatura es irreversible, debido a que se rompen las fuerzas débiles de enlace al aumentar la vibración térmica de los átomos componentes, fenómeno que daña la estructura tridimensional.
Temperaturas extremadamente bajas, detienen la actividad enzimática pero no las destruyen. Muchas enzimas se pueden conservar metiéndolas a 0ºC o temperaturas más bajas, logrando recuperar su actividad después de descongelarse, según la intensidad y la forma en la que se efectuó el congelamiento.

 2. Efecto del pH.

La actividad de las enzimas depende mucho de la concentración de iones de hidrógeno del medio, ya que esto afecta el grado de ionización de los aminoácidos del sitio activo, del sustrato, o del complejo enzima-sustrato; todo eso llega a influir en la afinidad que tenga la enzima por el sustrato.

Las enzimas poseen grupos químicos ionizables (carboxilos -COOH; amino -NH2; tiol -SH; imidazol, etc.) en las cadenas laterales de sus aminoácidos. Según el pH del medio, estos grupos pueden tener carga eléctrica positiva, negativa o neutra. Como la conformación de las proteínas depende, en parte, de sus cargas eléctricas, habrá un pH en el cual la conformación será las más adecuada para la actividad catalítica.

En los casos en el que los sustratos son no ionizables (la mayoría de los hidratos de carbono y lípidos), los grupos iónicos de las enzimas son los únicos afectados por el pH.
Por esta razón, todas las enzimas presentan una máxima actividad catalítica a un cierto valor óptimo de pH, en un intervalo de 5 a 8 (El pH óptimo de la mayoría de los enzimas es próximo a 7), aun cuando existen excepciones muy importantes, como enel caso de la pepsina del estómago, que tiene un pH óptimo de 1.8, u otros como la tripsina tienen un pH óptimo algo alcalino (pH óptimo = 7,8).

La mayoría de los enzimas son muy sensibles a los cambios de pH. Desviaciones de pocas décimas por encima o por debajo del pH óptimo pueden afectar drásticamente su actividad. Así, la pepsina gástrica tiene un pH óptimo de 2, la ureasa lo tiene a pH 7 y la arginasa lo tiene a pH 10 (Figura de la izquierda). Como ligeros cambios del pH pueden provocar la desnaturalización de la proteína, los seres vivos han desarrollado sistemas más o menos complejos para mantener estable el pH intracelular: Los amortiguadores fisiológicos

 Las enzimas además pueden experimentar cambios de conformación con las variaciones del pH. Podría ser necesario un grupo cargado distal a la región del sustrato donde se ha fijado, para conservar una estructura activa terciaria o cuaternaria. Conforme cambia la carga en este grupo, la proteína puede desenrollarse, volverse más compacta o disociarse en protómeros, todo lo cual conduce a la perdida de la actividad. Dependiendo de la gravedad de estos cambios, la actividad puede ser restablecida o no cuando la enzima regresa a su pH óptimo.

 3. Concentración del sustrato

A mayor concentración del sustrato, a una concentración fija de la enzima se obtiene la velocidad máxima. Después de que se alcanza esta velocidad, un aumento en la concentración del sustrato no tiene efecto en la velocidad de la reacción. Algunas enzimas permanecen libres en concentraciones bajas de sustrato y no se alcanza la máxima velocidad. Cuando el sustrato se encuentra en exceso, toda la enzima se transforma en ES y la reacción se realiza a su máxima velocidad.

4. Concentración de la enzima

Siempre y cuando haya sustrato disponible, un aumento en la concentración de la enzima aumenta la velocidad enzimática hacia cierto límite.

5. Efectos de otros agentes

Las enzimas se ven afectadas también por otros factores como son la actividad de agua, pues la mayoría de los biopolímeros requieren de agua para desarrollar su conformación estable con características de agentes biológicamente activo; sin embargo, algunas enzimas llegan a actuar con un mínimo de agua, como ocurre con las lipasas que contienen los aceites puros. En este caso la amplia disponibilidad del sustrato hace que las reacciones se logren aun en condiciones de sequedad.
Por otra parte, los metales pesados, como mercurio, plata y plomo, inhiben la acción enzimática, mientras que el calcio, el magnesio, el sodio, el potasio, el manganeso, el hierro y el zinc, actúan como agentes activadores de muchas otras. Estos activadores se denominan Cofactores. Este efecto activador se debe probablemente a que forman parte del sitio activo, que se requieren para la creación del complejo enzima-sustrato, o que ayudan a mantener la conformación tridimensional. Casi un tercio de los enzimas conocidos requieren cofactores. Cuando el cofactor es una molécula orgánica se llama coenzima.
COFACTORES ENZIMÁTICOS
Existen enzimas que son proteínas simples y otras que requieren para su función la presencia de sustancias no proteicas que colaboran en la catálisis: los cofactores. Los Cofactores son sustancias que se combinan con el enzima potenciando su acción catalítica.
Minerales y su función como cofactores
Estos cofactores suelen ser iones metálicos como hierro (Fe++), cobre (Cu++),magnesio (Mg++), manganeso (Mn++) y zinc (Zn++), a estos cofactores se los conoce como coenzimas inorgánicas

  
a.    Magnesio

·         Cofactor de enzimas que transfieren grupos fosfatos desde el ATP.
·         Cofactor de la enzima acetilcolinesterasa.

b.    Cobre

·         Cofactor de enzimas Cu-dependientes que intervienen en la formación de: hemoglobina, colágeno, lecitina, mielina.

c.    Zinc

·         Cofactor de metalo-enzimas (anhidrasa carbónica, fosfatasa alcalina, carboxipeptidasa, ARN polimerasa, ADN polimerasa, etc.).



d.     Hierro

·         Constitución como cofactor de enzimas oxidasas (peroxidasa, catalasas, citocromo C, etc.)

e.    Manganeso

·         Cofactor de enzimas como la arginasa y la ribonucleotidoreductasa

Cuando el cofactor es una molécula de naturaleza orgánica se le llama coenzima.

NOMENCLATURA Y CLASIFICACIÓN

Desde sus inicios la nomenclatura enzimática ha sido poco sistemática, y carece de los lineamientos necesarios para darles nombres adecuados. Existen muchas enzimas cuyos nombres no ofrecen ninguna información sobre su actividad o sus propiedades, como es el caso de la tripsina, la quimotripsina, la pepsina y algunas otras. Unas se han designado con el nombre del descubridor, otras, como la papaína, de acuerdo con su procedencia (papaya), y en otros casos, como la lactasa, según el sustrato que utilizan, que en este caso es la lactosa.
Debido a esta falta de homogeneidad en la nomenclatura, se integró la Comisión de enzimas de la Unión Internacional de Bioquímica (UIB), que desarrolló un método que identifica cada una con cuatro dígitos separados por puntos encabezado por las letras EC (enzyme commission), que caracteriza al tipo de reacción según la clase (primer dígito), subclase (segundo dígito), sub-subclase (tercer dígito), y un cuarto dígito que es para la enzima específica.


El primer dígito de la nomenclatura, representa el grupo al que pertenecen:
1) Oxido-reductasas
Catalizan reacciones de oxido-reducción, es decir, transferencia de hidrógeno (H) o electrones (e-) de un sustrato a otro. Entre estos tenemos la succinato deshidrogenasa o la citocromo c oxidasa




2) Transferasas:
Catalizan la transferencia de un grupo químico (distinto del hidrógeno) de un sustrato a otro. Por ejemplo la glucoquinasa, que cataliza la reacción de transferencia de un grupo fosfórico del ATP al carbono 6 de la glucosa para formar glucosa-6-fosfato y ADP.


 3) Hidrolasas:
Llevan a cabo la ruptura de enlaces químicos con la introducción de una molécula de agua. Un ejemplo es la lactasa, que cataliza la reacción de rompimiento de la molécula de lactosa mediante la adición de una molécula de agua, para formar glucosa y galactosa.


4) Liasas:
Catalizan reacciones de ruptura o soldadura de sustratos sin la participación del agua. Un ejemplo es la acetacetato descarboxilasa, que cataliza la reacción:

5) Isomerasas: 
Catalizan las isomerizaciones de distintos compuestos. Entre ellas tenemos la fosfotriosaisomerasa y la fosfoglucosaisomerasa, que catalizan las reacciones representadas en la tabla inferior:

MECANISMOS DE REACCIÓN

Por las notables propiedades catalíticas de las enzimas y el papel que juegan en el proceso de la vida, muchos investigadores han dado preferencia a investigar sus mecanismos de reacción.
La activación de la molécula de sustrato se produce debido a la gran afinidad química (electrónica) del sustrato por ciertas áreas de la superficie de la enzima, sitios activos. Este sitio activo corresponde a una depresión o hendidura relativamente pequeña que posee la geometría y distribución de cargas (positivas y negativas) para unirse específicamente y en forma complementaria a un determinado sustrato.

 El sustrato se une al sitio activo de la enzima por medio interacciones hidrofóbicas y electrostáticas, puentes de hidrógeno y fuerzas de van der Waals. Los residuos de aminoácidos de la enzima que participan en la interacción con el sustrato, se encuentran alejados unos de otros en la secuencia lineal de aminoácidos de la proteína: pero como resultado del plegamiento de ésta, se agrupan para formar el sitio activo de la enzima. Algunos de estos residuos participan solamente en la unión de sustrato y definen una región del sitio activo que se llama sitio de fijación o de unión del sustrato. Otros residuos del sitio activo, los catalíticos, se encargan directamente de la transformación del sustrato en producto y forman el sitio catalítico. Normalmente el número de residuos que intervienen en la unión del sustrato es mayor que el de los residuos catalíticos. Este sitio activo es el lugar donde a través del reconocimiento molecular ocurren reacciones de ruptura y formación de enlaces, formándose así un complejo enzima-sustrato en el que las moléculas de las sustancias reactantes (sustratos) quedan muy próximas entre si, condición indispensable para que se lleve a cabo la reacción química de ellas. Se produce una deformación o distorsión en alguna unión de la molécula de sustrato, se hace lábil y sufre un cambio por la enzima en particular. Las moléculas alteradas pierden su afinidad por los sitios activos y por ello son puestas en libertad. Entonces las enzimas quedan libres e intactas para combinarse con más sustrato y la biosíntesis de nuevos productos iguales a los anteriores.

Se debe agregar que la activación hace que caiga o disminuya la barrera energética que el sustrato debe vencer antes de que se transforme en producto. Así, una reacción catalizada por enzimas necesita baja energía de activación para que pueda efectuarse.

Este análisis se aplica a los sustratos que han sido degradados o también se han utilizado en la biosíntesis. Aunque se puede aplicar el mismo tipo de explicación para describir la síntesis, o la construcción de compuestos complejos, a partir de otros simples. En esta forma, dos moléculas diferentes de sustrato se pueden pegar a los sitios adyacentes en la superficie de la enzima. Una sola activación del sustrato por la enzima permite el establecimiento de una unión entre las dos moléculas, de tal modo que se crea un compuesto nuevo a partir de los dos sustratos originales. Este producto tiene poca afinidad por el sitio activo y se desprende. En realidad el sitio activo y se desprende.
En realidad, el sitio activo de la superficie de una enzima es un área muy pequeña, lo que significa que las grandes porciones de la proteína no contribuyen a la especificidad enzimática o a la acción de las enzimas. Por eso, solo relativamente pocos residuos de aminoácidos están implicados directamente en el proceso catalítico ¡quizás menos de cinco! Se debe señalar también que el ajuste entre una parte de la superficie de la enzima y el sustrato no se encuentra estático, sino que es una interacción dinámica en la que el sustrato induce a cambios estructurales a la molécula de la enzima, como la mano cambia de aspecto dentro de un guante.

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